8.

Siento ruidos al lado. El Henry despierta temprano. Uruguayo. Sin papeles. Un poco loco. Somos cuatro en el piso, dos colombianos, el uruguayo y yo. Nos vemos poco. No nos molestamos. A veces coincidimos y bebemos algo pero sólo con el Henry tengo trato. Insiste en que le llamen jenrri. No sé si su nombre es Henry, Enrique o cualquier otro.
No suelo traer chicas. Me da vergüenza que vean esto. Cuatro tíos viviendo juntos sin normas ni control. La cocina sucia, el baño sucio. Siempre me digo que tengo que recoger y limpiar. Siempre me digo que he de buscar otra cosa pero aquí pago poco y no estoy mal. No me gusta vivir solo.
Vengo a casa nada más a cenar y a dormir. Rara vez estoy en el sofá mirando la tele. Sólo si hay fútbol. El uruguayo va por el Madrid. Yo muero por mi Barça. Cuando pierdo suelo encontrar en mi puerta algún papel diciendo felicidades, visca catalunya o cosas así. Tiene en su cuarto una bufanda merengue y una bandera de Peñarol.
Me he levantado. Pongo el noticiero de la uno mientras me voy vistiendo. Hoy no me da tiempo prepararme nada, comeré en el bar. Me recuesto en la puerta del baño a esperar que el Henry termine de lavarse la boca para entrar. Los colombianos duermen. Trabajan de cocineros y hacen turno de noche. Me saluda con un guiño, deja de cepillarse, escupe pasta.
- ¿Qué? ¿Otro penalti fantasma? – dice.
- No vi el partido.
- Qué pena, .