19.

Me estoy lavando los dientes cuando sale el Henry.
- Ey campeón, has tenido una noche movidilla ¿no? , le digo, ríe.
- ¿Ha hecho mucho ruido?
– Un poco, sí.
- Tienes que verla, dice malévolo
- ¿Está buena?
- Es gordísima, dice en voz muy baja -enorme, la pesqué en una discoteca.
- ¿Cómo de gorda?
- Como Moby Dick, dice.
- No jodas.
- Tienes que verla, espera.
Entra a su cuarto, está un par de minutos, siento voces pero no distingo lo que dicen. Henry sale.
- Tienes que irte. Dice que se quedará dentro hasta que no se marchen todos. Le da vergüenza.
- ¿Y no le daba vergüenza chillar de esa manera?
- Por eso… no sé, es rara. Baja y espérame en la esquina.
Henry entra a su cuarto, yo termino de vestirme, cojo la mochila, bajo y me quedo en la acera de enfrente.
Dos minutos después salen. Moby debe pesar unos 100 Kilos y no es muy alta. Henry me guiña un ojo. Van de la mano, como novios, Henry le besa el cuello, ella se aparta con recato pero no lo suelta. Yo cruzo la calle en dirección contraria, avanzo rápido, al doblar la esquina corro, giro, sigo corriendo, doblo otra vez. Al llegar a la otra calle camino despacio. Los veo venir. Henry no puede aguantar la risa, le da otro beso en el cuello. Llego hasta ellos.
- ¡Hombre!!Henry! ¿Qué tal majo, cómo andas? ¿Es tu novia esta chica? ¡Ya era hora hombre!