45.

Hay una pantalla enorme. Hay poca gente. Tienen Ginness. No se puede pedir más. Es un bar nuevo que descubrió el guiri. Ahora hay ruido. Ponen fútbol. Es un partido intenso. Todos corren y se esfuerzan pero no logra emocionarme un Manchester – Chelsea.
- ¿Cómo va con tu nena?
- ¿Cuala?
- La musa de los poemas…
- Ah, fine, I supose
- ¿Pero la has invitado a salir o algo?
- Algo hemos tomado.
- ¿Y?
- Bueno, fine… ¿el pavo este no jugaba en el Madrid?
En la mesa de al lado hay dos chicas sentadas de espaldas a la pantalla. Las dos son jóvenes pero se ven avejentadas. Flacas, casi secas, nada atractivas, al menos para mí. Hacen una pareja graciosa. Me pregunto si compartirán cama. Es extraño que hayan elegido un bar de fútbol para no verlo. Ni siquiera beben Guinness. Conversan. De vez en cuando puedo oírlas entre el ruido.
- … que me contaba todos los días sus sueños… por qué no se lo dices… a las ocho de la mañana.
- … pero bueno, no está mal… eso es lo que te ahorras…
- … debes irlo sacando poco a poco… y eran una tontería de sueños…
Tienen sobre la mesa un libro grueso forrado con papel de periódico. Una de las chicas lo abre y comienza a ojearlo. La otra toma un sorbo de cola, luego acerca la cabeza y mira también el libro. Ruido atronador. Marca el Manchester. Roney. Golazo. Las flacas leyendo.